Es Omaña una tierra mítica que hunde su idiosincrasia en su incuestionable pasado astur, resonando ya su nombre de una forma evidente desde los primeros momentos de la Reconquista junto a otros territorios y valles no menos épicos del occidente astur-leonés, como Babia, Tineo, Somiedo, Laciana o Luna (1).
Omaña, constituye en la actualidad una de las más singulares y enigmáticas “comarcas naturales y humanas” de la Montaña Occidental de León, extendiéndose de forma serpenteante a lo largo del río homónimo, sin olvidar, por otro lado, los valles omañeses situados en los márgenes del río principal y cargados de personalidad propia: el Valle Gordo, el de Arienza, el de la Lomba.. .. Se halla situada en el extremo noroccidental de la actual provincia de León, en plena vertiente meridional del Macizo Astur-leonés. Dentro de este sector de la cordillera, tres ríos legendarios van a ser los principales articuladores del medio físico, conformando así el trazado de los principales valles: el Sil, el Luna y el Omaña.
De todos ellos, el que a nosotros nos interesa es el valle del Omaña, donde se pueden diferenciar tres grandes tramos. La cuenca alta del río, que está constituida por la unión de tres valles principales: el Valle Gordo (Río Vallegordo), el Valle Chico (Río Sabugo) y el valle del Omaña, este último ubicado en el centro respecto a los dos anteriores. El sector central del valle del Omaña, que comienza a partir del lugar de Aguasmestas, ya que es aquí donde se unen el Omaña y el Vallegordo. Y el tramo inferior, que empieza desde su fusión con el Valdesamario, instante en el cual el Omaña entra ya en el piedemonte, por donde circulará unos pocos kilómetros más hasta Santiago del Molinillo, lugar éste en el que se produce su unión definitiva con el río Luna, dando lugar así al nacimiento del río Órbigo (2).
Portada del libro “Concejos y Señores”,
editado por la Universidad de León, del
autor de este artículo.
Muchos han sido los cambios experimentados en la geografía política de la que hoy llamamos “comarca” natural de Omaña a lo largo de los siglos, con todo, nosotros vamos a intentar presentar cual era la división político-administrativa de este territorio a fines de la Edad Media. Antes de comenzar, se debe advertir algo que resulta obvio para los propios omañeses, y es que esta tierra presenta importantes diferencias entre unos sectores y otros. Además, la entidad comarcal de Omaña es puramente perceptiva ya que administrativamente nunca ha existido una delimitación territorial unitaria de este espacio, razón por la cual podemos encontrárnosla con diferentes límites según el criterio que escojamos (geográfico, histórico, económico...). Por lo tanto, aparte del acotamiento geográfico que entendemos de este sector dentro de la Montaña occidental leonesa, el argumento histórico será determinante a la hora de individualizar Omaña, basándonos para ello en la historia común y hermanada de sus concejos en el transcurrir de la época bajomedieval.
Situándonos en la parte más occidental de Omaña, se localizaba el antiguo concejo de los Travesales, siendo relativamente frecuentes las alusiones a su andadura histórica a lo largo de los siglos bajomedievales, casi siempre de forma conjunta con los concejos de Omaña, Paredes y la Lomba de Campestredo. La composición interna de este concejo resulta en sí compleja y extraña respecto a los concejos vecinos, ya que abarcaba pueblos de Babia Alta, del Alto Sil y del Valle Chico en Omaña. Otro de los concejos situados en la cuenca alta del Omaña, era el de Paredes, cuyo centro concejil sería Murias, al que se agregarían otros pueblos cercanos como Senra, Montrondo y acaso también Lazado.
A partir del siglo XVI, exactamente en 1518, los concejos de Travesales y Paredes, desaparecen en parte y se crea un Mayorazgo con parte del territorio de éstos y de otros -Laciana y Omaña-, que recibirá el nombre de los Cilleros de don Rodrigo (3). Sin embargo, este concejo ya existía anteriormente integrando los lugares de Posada, Vegapujín y posiblemente también Torrecillo y La Velilla con poco más. A partir del año 1518, momento en el cual se funda el Mayorazgo de los Cilleros de Don Rodrigo, Paredes y los Travesales desaparecen, y en cierto modo el nuevo concejo de los Cilleros absorberá muchos de los lugares que habían pertenecido a los antiguos concejos extinguidos, aparte de otros procedentes de Omaña y Laciana, en un proceso de cambios concejiles y en el titular del señorío que desconocemos(4).
En lo que es la cuenca alta del gran valle del río Omaña, se ubicaría el concejo de Omaña que, según palabras de Florentino Agustín Díez: “...Fue, como si dijéramos, el concejo-centro, y para ciertos actos y convocatorias de carácter y compromiso general, un concejo de concejos, que tenía sus reuniones sobre la Puente de Aguasmestas”(5). Las alteraciones concejiles que se produjeron con la fundación del Mayorazgo de los Cilleros como ya vimos, también afectaron a la composición interna del concejo de Omaña. De este modo, el antiguo concejo de Omaña estaría formado antes de 1518 por algunos de los pueblos enclavados en el Valle Gordo y por los del centro del gran valle de Omaña, desde el actual lugar de El Castillo hasta Villanueva de Omaña. Y desde 1518 junto a todos los anteriores, se incorporan al de Omaña los lugares del Valle Chico que habían pertenecido a los Travesales y los que formaban el pequeño concejo de Paredes.
Antes de seguir descendiendo por el valle de Omaña abajo, es necesario mencionar una serie de lugares ubicados en su parte alta, que durante los siglos finales del Medievo poseyeron un status de jurisdicción propia, tal es el caso de las localidades de Los Bayos, Vivero y Omañón. A partir de la población de Aguasmestas, comienza el sector central del Omaña, era en este tramo del valle donde estaba situado otro de los históricos concejos omañeses, el de Villamor de Riello(6). El último de los concejos que se encontraba enclavado en este tramo medio del valle del Omaña, era el pequeño concejo de la Lomba de Campestredo, que limitaba por el oeste con el de Villamor de Riello, y por el este con el de Luna de Yuso (7) Dentro de este concejo constituyó una excepción el lugar de Castro de la Lomba , que si bien antes del siglo XV pudo estar incluso en la Lomba , desde la decimoquinta centuria hasta el siglo XVIII, formará una jurisdicción separada cuya población y territorio dependían del convento de San Marcos de León.
Asimismo, la población de Inicio ubicada justo en el punto donde el río Negro se funde con el Omaña y a muy escasa distancia de los pueblos de la Lomba , también era otro lugar con jurisdicción única no integrado en ninguno de los concejos mayores que conformaban la actual “comarca” de Omaña. Y así nos consta por lo menos desde el año 1526, en el que se documenta como un lugar separado de la Lomba y delimitado por una serie de ...aras e mojones e señales antiguas por do se determyna de con los otros lugares... (8), perteneciendo su señorío a Don Suero de Quiñones, vecino de la ciudad de León (9).
Escudo de los Quiñones.
Como salvedad a la flexibilidad que hemos dicho presenta la división administrativa del espacio omañés, cabe decir, que el municipio de Soto y Amío ha estado históricamente más vinculado al valle de Luna que al de Omaña; de hecho, el antiguo concejo de Luna de Yuso (o de abajo) extendía su jurisdicción por las zonas ribereñas del Río de Soto donde se enclavaban las poblaciones de Amío, Campo de Salinas, Carrizal, La Velilla , Lago, Otero, Soto, Trascastro, Villaceid y Villayuste. Por último, debemos señalar que el lugar de Irián que se hallaba muy cercano a los anteriormente citados, constituía un coto señorial independiente y perteneciente al monasterio asturiano de San Juan Bautista de Corias hasta el año 1580.
Para finalizar, podemos afirmar, que el mapa concejil de Omaña no experimentó cambios muy trascendentales en los siglos posteriores, y mantuvo desde comienzos del siglo XVI hasta el XVIII la configuración político-administrativa hasta aquí descrita.
Pablo García Cañón. Doctor en Historia.
1. Existen datos para la región de Omaña desde los mismos comienzos de la Reconquista , ya que fue una de las primeras tierras repobladas por los cristianos, por esta razón los documentos más antiguos se refieren a ella con el nombre de in foris montis, porque así se encontraba situada mirándola desde Oviedo, su capital diocesana durante muchos siglos, CADENAS ALLENDE, F. DE., “La Heráldica de Omaña (León)”, en Hidalguía, Madrid, 1990, p. 585.
2. GARCÍA DE CELIS, A., El relieve de la montaña occidental de León, Valladolid, 1997, pp. 21, 26 y 27.
3. El Mayorazgo de los Cilleros de Don Rodrigo -que se conocería como concejo de los Cilleros-, fue fundado en 1518 por “D. Antonio de Quiñones Enríquez, hijo segundo de los Condes de Luna, casado con D.ª Catalina de Acevedo y Las Mariñas...con autorización de la Reina D.ª Juana”, CADENAS ALLENDE, F. DE., “La Heráldica de Omaña...”, pp. 595-596.
4. El concejo de los Cilleros a partir de 1518, estaría compuesto por cuatro jurisdicciones: Posada, Vegapujín y Torrecillo; Salientes, Valseco y Salentinos; Mena y Peñalba; y finalmente Montrondo y el Villar de Santiago –antes Villarquemado-.
5. DÍEZ GONZÁLEZ, F.A., La Omaña , donde los montes suspiran, León, 1984, p. 143.
6. Estaba formado por las poblaciones de Arienza, Bonella, Ceide, Çenero, Curueña, Guisatecha, La Urz , Lariego de Yuso y de Suso, Los Orrios, Riello –su capital-, Robledo, Salce, Socil y Villarín.
7. Abarcaba en el seno de su alfoz a los lugares de Andarraso, Campo, Folloso, La Omañuela , Santibáñez de la Lomba , y Rosales
8. Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, Registro Reales Ejecutorias, Caja 843-36, (1555, octubre, 12), ff. 4vº-5rº.
9. Archivo General de Simancas, Registro General del Sello, 1526, junio, 30, [junio-2], (1rº). Anteriormente al linaje Quiñones, había sido la casa de Omaña propietaria de la población de Inicio, puesto que en el año 1487, un Arias de Omaña y su hermana Doña Aldonza, dicen ser los dueños de ...el logar que llaman ynyçio..., A.G.S., R.G.S., 1487, noviembre, 20, fol. 59.
( Artículo publicado en el número 1 de la revista De Omaña. Págs. 29 - 30 )
( Artículo publicado en el número 1 de la revista De Omaña. Págs. 29 - 30 )
No hay comentarios:
Publicar un comentario